martes, 14 de julio de 2015

BREVE HISTORIA DEL  MOVIMIENTO SOCIAL ANTIPROHIBICIONISTA DE LAS DROGAS (MSAD) EN COLOMBIA

El registro más antiguo de Movimiento Social Antiprohibicionista en Colombia se puede rastrear desde 2002, año en el cual estudiantes de la Sede A de la Universidad Distrital de Bogotá inician una serie de reuniones informales en las cuales se debatía sobre el tema de las drogas y la convivencia en espacios públicos compartidos. Hacia el año 2002 este colectivo realiza una serie de cannabitones, las cuales consistían en pruebas de habilidad física y mental en medio y antes del consumo de marihuana. Hacia el año 2006 esta agrupación siembra plantas de marihuana a la entrada de la universidad y luego ve como la sorda administración quema el cultivo de la discordia, es así como se origina Sí a la Dosis Personal, uno de los colectivos más fuertes en acción, proceso y discurso en la actualidad antirpohibicionista Colombiana.

Hacia el año 2005 se origina el Movimiento Antiprohibicionista y Reivindicativo de las Drogas (MARD), en Manizales. Esta acción colectiva responde a un artículo publicado en el periódico La Patria el 4 de diciembre del 2005 el cual titulaba “Universidad de Caldas tiene su propia zona de tolerancia”. Este desafortunado artículo satanizaba el jardín botánico de la Universidad, en el cual se practicaba el consumo de marihuana por parte del estudiantado. Luego de una campaña de volanteo y confrontar a la administración del jardín botánico el MARD se convierte en AMBAR (Amigos de la Bareta), el cual realizó jornadas de apropiación del espacio de consumo y charlas periódicas sobre el tema de las drogas.

Este mismo año en Cali se consolida el colectivo editorial Trinchera Ganja, quienes producen de manera autogestionada un fanzine sobre las plantas prohibidas y sustancias derivadas. Durante el año 2006 este colectivo abre una serie de foros municipales sobre drogas, los cuales sirvieron de preparativo para que en el año 2007 se realizara en el Centro Cultural de Cali el primer foro Las Plantas no son como las pintan (4 y 5 de mayo del 2007). Este primer foro se combinó con una serie de muestras culturales y productivas relacionadas con plantas prohibidas y un concierto en las canchas panamericanas (auxiliares). Luego de este primer foro una célula del colectivo viaja a Buenos Aires (Argentina) y socializa de manera amplia las memorias físicas y audiovisuales del evento.

Hacia el año 2010 se realiza el segundo foro de las plantas no son como las pintan, el cual resulta relevante dado el inicio del encuentro nacional de activistas que, desde ese momento hasta el primer encuentro nacional de activistas del 2014, ha buscado articular y abrir una mesa interna amplia a nivel nacional. Si bien el camino es culebrero, la plataforma de encuentro Carnaval Cannabico Colombiano generada hacia el año 2011 se consolida como el mayor y mejor esfuerzo para darle articulación real al MSAD a nivel nacional.

A la par que se realizaba el primer foro de las Plantas en Cali el año 2007; en Medellín un personaje emblemático, Olmes Ortiz, realizaba una pequeña concentración de marihuaneros en la capital antioqueña. El año 2008 este personaje suma algunas voluntades y convoca de nuevo una marcha de 25 personas que protestaban por lo arbitrario de la prohibición y el digno derecho al consumo y libre desarrollo de la personalidad. Hacia el año 2009 Oolmes Ortiz es conocido por David Arango y conforman la Comunidad Cannábica Colombiana (CCC), la cual ha organizado una de las marchas más tradicionales y multitudinarias del continente, acorde a la celebración global de la Marcha Mundial de la Marihuana, celebrada el primer sábado de mayo desde la década de los 90´s en más de 300 ciudades alrededor del mundo.

En el año 2009, mientras Las Plantas andaban por Argentina y la CCC sumaba más de 14.000 marchantes en Medellín; en Bogotá se realiza una marcha impulsada por Dosis de Personalidad, una red virtual alentada por el periodista del Espectador y actual corresponsal en Washington de Caracol noticias Daniel Pacheco. Esta marcha que convocó en su momento a 2.500 personas, pasa algo desapercibida, sin embargo es un vestigio de activismo “organizado” en la capital, así sus organizadores promovieran el porte de la dosis personal de drogas, ¡pero Insistieran en el NO consumo de las mismas! Actualmente este movimiento virtual no está activo y la interesante iniciativa se ve sofocada en el activismo corporativo de Asistenicialistas Tecnocráticos Seudosociales.

Hacia el año 2010 Voces Interactivas Reclamando Soberanía (VIRS) de la Universidad del Cauca, realiza la siembra de una planta de Coca en el jardín central de la conservadora facultad de derecho de la Universidad Caucana. En Medellín se consolida Kolinos en Pie de Lucha (KPL) quienes producen una serie de escritos críticos y reflexivos sobre el fenómeno de las drogas. A la par en Cali surge el Proyecto Legalización Colombia, como una plataforma de información y de reflexión sobre el tema. En Armenia se gesta la Asociación de Colinos Universidad del Quindío (ACUQ), quienes buscan generar una voz estudiantil sobre el fenómeno de consumo universitario de drogas. En medio del calor regional del antiprohibicionismo, en Bogotá nace el joven y jurídico colectivo Estudio Miguel Ángel Vargas (EMAV), quienes sientan su voz de protesta contra la tortura médica y el encierro patológico de consumidores. Tanto VIRS como EMAV siguen activos e impulsan la plataforma de encuentro Carnaval Cannábico Colombiano.

Hacia finales del 2010 y luego del segundo foro de Las Plantas no son como las pintan, se realiza en la Universidad Pedagógica Nacional el Primer Encuentro de experiencias colectivas relacionadas con drogas.  Este evento resulta ser parte de un proyecto piloto de Zona de Mitigación en términos de Zona de Orientación Universitaria (ZOU) del Ministerio de Salud y Protección Social, los cuales son dispositivos sugeridos por el Ministerio para responder al fenómeno drogas en contextos educativos. Un elemento positivo para resaltar de este encuentro, es que se genera una leve articulación entre la institución, el activismo de base y el activismo corporativo; luego, o más adelante, podremos tocar algunos puntos nefastos y positivos de este encuentro y desencuentro. Hacia mediados del 2012 se realiza en Pereira el segundo encuentro de experiencias colectivas relacionadas con drogas y se cierra el corto capitulo Ministerio de Salud y MSAD, el cual no tiene continuidad y parece que no llego a ningún lugar común.

Durante el año 2011 se deben registrar algunas acciones como lo es la realización de la Plataforma Nacional por  la Reforma de Políticas en Drogas, patrocinadas por el Ministerio de Salud, ONU, ONG´s extranjeras y coordinada en Colombia por la corporación Acción Técnica Social (ATS). Esta interesante propuesta no pasa a mayores y termina sofocada por la exclusión realizada por parte de los organizadores a la mayoría de colectivos de base, y la evidente diferencia entre el activismo corporativo y el activismo de base en la realización de eventos de alto presupuesto y bajo impacto, sentido y continuidad.

Hacia el año 2012 se realiza el primer piloto del Carnaval Cannabico Colombiano como plataforma de encuentro a partir del escalonamiento de las celebraciones por la Marihuana y las plantas prohibidas en Colombia. Carnaval Cannabico Colombiano imita de buena manera la costumbre brasilera de escalonar las marchas en fechas del mes de mayo en diferentes ciudades del país. Es así como ese año se celebra, medianamente articulado, el carnaval cannábico el 5 de mayo en Medellín, el 11 de Mayo en Cali y el 19 de mayo en Bogotá. Este evento consolida la apertura de una plataforma real de encuentro físico y virtual entre la mayoría de colectivos y activistas que desde ese entonces se empiezan a sumar.


El año 2013 vive de nuevo un Carnaval Cannabico Colombiano. En esta oportunidad y derivado en gran parte del buen uso de las redes sociales, se conjugan 9 ciudades para celebrar eventos durante todo el mes de mayo y se articulan más de 20 colectivos que es menester nombrar en la mediad que registra el aumento de los MSAD en Colombia, el nivel de articulación de la plataforma y la capacidad de respuesta comunitaria. Los colectivos directamente implicados en la celebración del 2012 fueron Comunidad Cannabica Colombiana (Medellín), Las Plantas no son como las Pintan, Ojos Rojos, Proyecto Legalización Colombia, Trinchera Ganja y Cali-Weed de Cali, Colombia Cultiva y Movimiento Procannábico de Santander, Comunidad Cannábica Norte de Santander, Comunidad Cannabica del Tolima, THC consciente de Manizales, Colectivo Cultiva tu Mente de Pereira, ACUQ de Armenia, Movimiento Cannábico de Barranquilla, Colectivo Alcatraces de Cartagena, Smoking Ganja, EMAV, Si a la Dosis Personal, Tricoma, Kannabicamente, Villa 109 de Fontibón, Techotiba-Kafuche, Colombiannabis, UPN Pedagogía de las drogas y Bareta D.C. de Bogotá.  

Al interior de esta breve historia se debe nombrar un hito histórico ocurrido a finales del 2013 cuando la ONU y el Centro de Pensamiento de la Universidad Nacional de Colombia invitan a la plataforma de encuentro Carnaval Cannabico al foro de la sociedad civil para presentar propuestas sobre el tema de las drogas a la mesa de diálogos de la Habana (Cuba). De manera inmediata se facilitó por parte de la institucionalidad la movilización de 23 activistas de diferentes ciudades del país a Bogotá. En el centro de convenciones G12 presentamos, de manera organizada y en casi 17 mesas, una propuesta de 24 puntos sobre drogas que construimos los colectivos a cuatro manos. A la delegación no se le permitió la participación en la mesa de apertura del foro, esto suena arbitrario si tenemos en cuenta que estaban poblaciones afro, LGBTI, iglesia, ONG´s, por lo cual se extraña aún la ausencia de la los consumidores en esta apertura. Se debe resaltar que últimamente al interior de algunos colectivos del MSAD surge una discrepancia con lo pactado en materia de drogas en la mesa de diálogos y resultan poco incluyentes y estrechas las posturas y alternativas generadas por las FARC y el gobierno en este punto tan crucial.

En noviembre del 2013 un colectivo de ONG´s nos invita a un encuentro de productores de cultivos denominados ilícitos. Nuestra presencia fue facilitada por la organización y contó con un nutrido acompañamiento de varios activistas nacionales. Dicho encuentro reunió a una buena cantidad de asociaciones, colectivos e individuos campesinos cultivadores de cultivos ilícitos, Coca, Marihuana y Amapola. El resultado de este encuentro aún está vigente y se denomina Alianza Rural-Urbana entre consumidores y campesinos, la cual obedece a la propuesta de circuitos cerrados de producción distribución y consumo, a partir de buenas prácticas voluntarias y reguladas por la comunidad. Otro resultado relevante de esta alianza, bajo el presupuesto de diversificación de los usos de las plantas prohibidas, ha sido el impulsar proyectos de elaboración de ungüentos medicinales a base de plantas prohibidas, fabricación de ladrillos y material para construcción y pronto se inicia el procesamiento de una hectárea de Cannabis para fines textiles.

Hacia finales del 2013 y principios del 2014 sucede otro hito aún no comprendido al interior del MSAD en Colombia y asumido con ligereza, facilidad, desconfianza y anarquía; la Candidaturra Kolina. Por ahora no puedo precisar si en América Latina un activista ha recibido aval de un partido para elecciones de congreso, lo que si debo anotar es que en Colombia un partido de izquierda se acerca a la plataforma nacional e invita a la participación electoral. La decisión de participar se genera luego de consultas internas en el Movimiento. Con una campaña de bajo presupuesto y alto impacto se plantean conceptos inacabados como Libertad Vegetal, Independencia Psicotrópica, y Autonomía Psicodélica. El impacto e incidencia no es posible precisar aún, sin embargo es claro para el MSAD que esa experiencia nos adentró en las vísceras del Leviatán, el cual a su vez nos expulsó lejos en medio de un mar de solución viscosa, corrupta y clientelista.

Podemos concluir en medio del Carnaval Cannabico Colombiano 2015, que la historia de los MSAD en Colombia es reciente y tiene protagonistas aún desconocidos, otros en gestación y la mayoría inmersos en una transformación constante. Si hace 10 años se podían rastrear menos de una docena de acciones colectivas enfocadas en oponerse a las políticas y culturas prohibicionistas delas drogas, a esta altura de la historia podemos contar cerca de 58 colectivos de este tipo en más de 21 ciudades a nivel nacional. Colectivos con particularidades regionales y diferentes maneras de afrontar el fenómeno a nivel local y global.

Otro aspecto de colectividad radica en la necesidad de leer el estadio de maduración del Estado, las ONG´s, la Sociedad Civil y el propio MSAD en relación con el tema de las drogas. No podemos querer caminar sin haber gateado, no sugerimos volar sin haber aprendido a caer. El pañal apenas se cambió y el agua esta escasa. Obviamente crecer en un país como Colombia es duro, más si se pertenece a un MSAD que plantea de manera crítica y reflexiva que las plantas no son como las pintan, que exige no más encierro a consumidores y usuarios de las plantas prohibidas, y que no cree en el ejercicio político de burgomaestres, ministerios, ONG´s y sociedad, los cuales no tienen ninguna autoridad moral, mucho menos histórica, para entrometerse en las esferas intimas de los consumos individuales.

Variopintos son los objetivos de los colectivos que podemos definir como MSAD. Esta variedad no solo da pie a una tipología de estos movimientos, también advierte que la respuesta antiprohibicionista puede ser administrada a partir de sublimar la práctica psicotrópica al mercado cosmético, recreativo y farmacológico de estas plantas.  Si bien podemos por ahora describir y perfilar la presencia de un activismo de base social, un activismo de base corporativa (ONGERO), un activismo capitalista que solo le importa vender, e inclusive, un activismo político contestatario y reformista; no pasamos de repetir que la prohibición es un fracaso, que debemos actualizar nuestro modelo político a la sugerencia global de no más guerra contra las drogas y que esta construcción la hacemos entre todos.

Este último punto está aún en discusión y pendiente de buen desarrollo. Algunos proponen que perder es cuestión de método, y es precisamente este método o camino, el que no hemos abordado de manera adecuada a la hora de construir política pública sobre drogas y reconocer culturas derivadas y relacionadas con estas sustancias en Colombia. ¿Cuál puede ser la metodología adecuada para construir política pública sobre drogas? ¿Por qué la construcción de políticas sobre drogas se realiza desde elevados análisis de investigadores expertos y no desde la inmersión a las realidades sociales de los contextos de producción, distribución y consumo de drogas? ¿Cuáles deben ser los valores culturales que moldeen las prácticas sociales en las cuales estas inmersas plantas prohibidas y sustancias derivadas? ¿Por qué insistimos en adoptar políticas foráneas de reducción del daño y no desarrollamos modelos alternativos de intervención endémicos, con ayuda de las culturas tradicionales? Y en cuanto a los MSAD ¿Hasta qué punto se tienen discontinuidades y continuidades en los procesos? ¿Cómo se está construyendo movimiento social a nivel local y nacional? ¿Cuál es el momento de gestación actual o estadio de desarrollo de los MSAD? ¿Está consolidado un MSAD en Colombia, Latinoamérica y el mundo?

LUKAS PASOS ABADIA
SOCIÓLOGO ACTIVISTA
LAS PLANTAS NO SON COMO LAS PINTAN
CARNAVAL CANNABICO COLOMBIANO

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