Ya son tres años comunicando que Las Plantas no son como las pintan. Y como no son como las pintan continuamos insistiendo en la búsqueda de una resignificación cultural, y la construcción de políticas relacionadas con las plantas prohibidas y las sustancias derivadas de ellas, más justas, efectivas y menos dañinas.
El problema de las drogas es una de esas ficciones que sostienen la lúgubre realidad que vivimos como sociedades occidentales. Esta realidad se desarrolla en un contexto en el cual se generan auxilios económicos por parte de los grandes estados, para salvar de la quiebra inminente a banqueros y corporaciones. Se derrama petróleo a los mares de manera incontrolada con daños ecológicos irreversibles. Se fumiga con glifosato las selvas peruanas, y colombianas, se reforma la ley antidrogas a gana y querer de los gobernantes de turno y se reprime y persigue al cultivador, traficante y consumidor de plantas prohibidas y su derivados.
Lo paradójico de esta realidad es que con el dinero que invirtieron en salvar a los bancos y corporaciones de la quiebra, se habría acabado el hambre por más de 300 años. Si tuviéramos energías alternativas y no dañinas al medio ambiente, posiblemente el derrame de la BP hubiera sido una escena de ficción. Si no se contaminara la selva amazónica con glifosato, se podría generar una gran industria farmacéutica, alimenticia, y de diversos usos, como alternativa a la guerra contra las drogas.
Hasta hoy como hace 3 años, se bosquejan varias líneas de trabajo, de las cuales se alcanza a percibir que las plantas prohibidas y sus derivados, inciden y se relacionan con practicas, representaciones y pensamientos de vida, tanto cotidianos y comunes, como formales y desconocidos. Y que en la academia, en el barrio, el parche, las tarimas de concierto y los diferentes lugares y no lugares, construimos y reconstruimos el sentido y significado que pueden adquirir y de hecho tienen las plantas prohibidas y sus derivados.
El foro las plantas no son como las pintan, invita a la reflexión, acusa la necesidad de acciones de diversa índole, y pretende responder ante la prohibición de algunas plantas y sus derivados. Prohibición fundamentada en el tabú, el estigma, la guerra fallida contra las drogas, y la ética fármacopuritana arraigada en todos nosotros. Prohibición inobjetable y déspota, que en últimas genera más daños que las soluciones que supone ofrecer.
El foro las plantas no son como las pintan, sus memorias, presentan los recuerdos y olvidos de un evento en sí. Los cuales pretenden alojar propuestas políticas, culturales y lúdicas, que se sugiere adoptar a la hora de relacionarse, representar y comprender las plantas prohibidas, sus derivados, y los múltiples contextos en los cuales adquieren protagonismo…para así colaborar con una nueva visión donde las plantas no sean como las pintan.
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