sábado, 18 de abril de 2020

SEMILLA


Durante algo más de una década algunos individuos y colectivos hemos generado una lucha en contra de las políticas prohibicionistas de las drogas, la guerra contra las drogas, plantas de poder, cultivadores, jíbaros y usuarios consumidores de drogas ilegales, especialmente la Marihuana. Hemos planteado que el prohibicionismo de las drogas, no solo adolece de fundamentos científicos y genera más daños que soluciones; se nutre del silencio cómplice de políticos corruptos y académicos maleducados que no han sabido responder de manera inteligente al fracaso de la prohibición y no han dejado religar la conciencia individual con la armonía universal.
Somos conscientes que las plantas de poder y las sustancias derivadas de ellas se prohíben hace miles de años por iglesia, estado y familia, porque su consumo Modifican el Estado de la Conciencia del individuo que entra en trance. Este sistema social se nutre de la esclavitud, enajenamiento y codicia. Genera individuos egoístas despojados de espíritu y adictos al poder del dinero o el efecto placebo de las leyes instauradas. Luchamos entonces por una relación entre humanidad y recursos vegetales libre de la intromisión y distorsión que estado, iglesia y academia han hecho de este fenómeno natural; el cual no merece estar bajo la óptica de la ignorancia, generadora de guerras, encierros y muerte.
En septiembre del 2013 planteamos al Estado colombiano y las FARC-EP, 24 acciones puntuales para superar el problema de las drogas y los cultivos ilícitos, punto 4 de los diálogos de la Habana. En el año 2014 participamos activamente en las elecciones nacionales al congreso, se abrió una brecha política aún vigente. De manera casi titánica, en el año 2017 se realiza la primer audiencia de consumidores de drogas en el congreso de la república y se genera una Asamblea Nacional Cannábica, constituyente del Movimiento Cannabico Colombiano (ASOCANNACOL). No ha pasado nada. De estos fracasos aprendemos que la lucha no puede perder como objetivo el estupefacto estado colombiano, a la vez que, se debe tener claro que el ego, el delirio de protagonismo y la sed de poder que ha hecho de lo cannábico una empresa, ha generado desencuentro, antes que comunidad.
No representamos a nadie, no lideramos nada; somos una resistencia compartida. Somos quienes han activado, generado y acompañado foros, plantones, fumatones y marchas por la liberación de la Marihuana en Colombia, luchadores y luchadoras callejeras que al son de la yerba y otros juguetes hemos gritado al mundo que las plantas no son como las pintan y que si la fiesta alegre no agrede esferas de lo público, lo público no debe agredir la esfera de la rumba. El policía con garrote en mano y manoseo morboso, debe dejar de extorsionar a quien fuma lo suyo sin hacer daño a terceros. Sí a la dosis personal.
El fracaso del prohibicionismo y las lecciones aprendidas del poder cannábico, nos impulsan y alientan. Nos decantamos y por tal motivo convocamos este enero del 2020, al tercer levantamiento psicoactivo que desde la subversión de la realidad impuesta y mediante el uso adecuado y autorregulado de drogas, especialmente Marihuana, sigamos generando encuentro, libertades, lucha, y programas de acción estratégicos entre quienes hemos sido los directamente afectados por una guerra sin sentido.
MOVIMIENTO POLÍTICA DE DROGAS.