BREVE
HISTORIA DEL MOVIMIENTO SOCIAL
ANTIPROHIBICIONISTA DE LAS DROGAS (MSAD) EN COLOMBIA
El registro más
antiguo de Movimiento Social Antiprohibicionista en Colombia se puede rastrear
desde 2002, año en el cual estudiantes de la Sede A de la Universidad Distrital
de Bogotá inician una serie de reuniones informales en las cuales se debatía
sobre el tema de las drogas y la convivencia en espacios públicos compartidos.
Hacia el año 2002 este colectivo realiza una serie de cannabitones, las cuales
consistían en pruebas de habilidad física y mental en medio y antes del consumo
de marihuana. Hacia el año 2006 esta agrupación siembra plantas de marihuana a
la entrada de la universidad y luego ve como la sorda administración quema el
cultivo de la discordia, es así como se origina Sí a la Dosis Personal, uno de los colectivos más fuertes en
acción, proceso y discurso en la actualidad antirpohibicionista Colombiana.
Hacia el año
2005 se origina el Movimiento
Antiprohibicionista y Reivindicativo de las Drogas (MARD), en Manizales. Esta acción colectiva responde a un artículo
publicado en el periódico La Patria el 4 de diciembre del 2005 el cual titulaba
“Universidad de Caldas tiene su propia zona de tolerancia”. Este desafortunado
artículo satanizaba el jardín botánico de la Universidad, en el cual se
practicaba el consumo de marihuana por parte del estudiantado. Luego de una
campaña de volanteo y confrontar a la administración del jardín botánico el
MARD se convierte en AMBAR (Amigos de la Bareta), el cual realizó jornadas de
apropiación del espacio de consumo y charlas periódicas sobre el tema de las
drogas.
Este mismo año
en Cali se consolida el colectivo editorial Trinchera Ganja, quienes producen de manera autogestionada un
fanzine sobre las plantas prohibidas y sustancias derivadas. Durante el año
2006 este colectivo abre una serie de foros municipales sobre drogas, los
cuales sirvieron de preparativo para que en el año 2007 se realizara en el
Centro Cultural de Cali el primer foro Las
Plantas no son como las pintan (4 y 5 de mayo del 2007). Este primer foro
se combinó con una serie de muestras culturales y productivas relacionadas con
plantas prohibidas y un concierto en las canchas panamericanas (auxiliares).
Luego de este primer foro una célula del colectivo viaja a Buenos Aires
(Argentina) y socializa de manera amplia las memorias físicas y audiovisuales
del evento.
Hacia el año
2010 se realiza el segundo foro de las plantas no son como las pintan, el cual
resulta relevante dado el inicio del encuentro nacional de activistas que,
desde ese momento hasta el primer encuentro nacional de activistas del 2014, ha
buscado articular y abrir una mesa interna amplia a nivel nacional. Si bien el
camino es culebrero, la plataforma de encuentro Carnaval Cannabico Colombiano generada hacia el año 2011 se
consolida como el mayor y mejor esfuerzo para darle articulación real al MSAD a
nivel nacional.
A la par que se
realizaba el primer foro de las Plantas en Cali el año 2007; en Medellín un
personaje emblemático, Olmes Ortiz, realizaba una pequeña concentración de
marihuaneros en la capital antioqueña. El año 2008 este personaje suma algunas
voluntades y convoca de nuevo una marcha de 25 personas que protestaban por lo
arbitrario de la prohibición y el digno derecho al consumo y libre desarrollo
de la personalidad. Hacia el año 2009 Oolmes Ortiz es conocido por David Arango
y conforman la Comunidad Cannábica
Colombiana (CCC), la cual ha
organizado una de las marchas más tradicionales y multitudinarias del
continente, acorde a la celebración global de la Marcha Mundial de la
Marihuana, celebrada el primer sábado de mayo desde la década de los 90´s en
más de 300 ciudades alrededor del mundo.
En el año 2009,
mientras Las Plantas andaban por Argentina y la CCC sumaba más de 14.000
marchantes en Medellín; en Bogotá se realiza una marcha impulsada por Dosis de Personalidad, una red virtual
alentada por el periodista del Espectador y actual corresponsal en Washington
de Caracol noticias Daniel Pacheco. Esta marcha que convocó en su momento a
2.500 personas, pasa algo desapercibida, sin embargo es un vestigio de
activismo “organizado” en la capital, así sus organizadores promovieran el porte
de la dosis personal de drogas, ¡pero Insistieran en el NO consumo de las
mismas! Actualmente este movimiento virtual no está activo y la interesante
iniciativa se ve sofocada en el activismo corporativo de Asistenicialistas
Tecnocráticos Seudosociales.
Hacia el año
2010 Voces Interactivas Reclamando
Soberanía (VIRS) de la Universidad del Cauca, realiza la siembra de una
planta de Coca en el jardín central de la conservadora facultad de derecho de
la Universidad Caucana. En Medellín se consolida Kolinos en Pie de Lucha (KPL) quienes producen una serie de
escritos críticos y reflexivos sobre el fenómeno de las drogas. A la par en
Cali surge el Proyecto Legalización
Colombia, como una plataforma de información y de reflexión sobre el tema.
En Armenia se gesta la Asociación de
Colinos Universidad del Quindío (ACUQ), quienes buscan generar una voz
estudiantil sobre el fenómeno de consumo universitario de drogas. En medio del
calor regional del antiprohibicionismo, en Bogotá nace el joven y jurídico
colectivo Estudio Miguel Ángel Vargas
(EMAV), quienes sientan su voz de protesta contra la tortura médica y el
encierro patológico de consumidores. Tanto VIRS
como EMAV siguen activos e impulsan
la plataforma de encuentro Carnaval Cannábico Colombiano.
Hacia finales del
2010 y luego del segundo foro de Las Plantas no son como las pintan, se realiza
en la Universidad Pedagógica Nacional el Primer Encuentro de experiencias
colectivas relacionadas con drogas. Este
evento resulta ser parte de un proyecto piloto de Zona de Mitigación en
términos de Zona de Orientación Universitaria (ZOU) del Ministerio de Salud y
Protección Social, los cuales son dispositivos sugeridos por el Ministerio para
responder al fenómeno drogas en contextos educativos. Un elemento positivo para
resaltar de este encuentro, es que se genera una leve articulación entre la
institución, el activismo de base y el activismo corporativo; luego, o más
adelante, podremos tocar algunos puntos nefastos y positivos de este encuentro
y desencuentro. Hacia mediados del 2012 se realiza en Pereira el segundo
encuentro de experiencias colectivas relacionadas con drogas y se cierra el
corto capitulo Ministerio de Salud y MSAD, el cual no tiene continuidad y
parece que no llego a ningún lugar común.
Durante el año
2011 se deben registrar algunas acciones como lo es la realización de la
Plataforma Nacional por la Reforma de
Políticas en Drogas, patrocinadas por el Ministerio de Salud, ONU, ONG´s
extranjeras y coordinada en Colombia por la corporación Acción Técnica Social
(ATS). Esta interesante propuesta no pasa a mayores y termina sofocada por la
exclusión realizada por parte de los organizadores a la mayoría de colectivos
de base, y la evidente diferencia entre el activismo corporativo y el activismo
de base en la realización de eventos de alto presupuesto y bajo impacto,
sentido y continuidad.
Hacia el año
2012 se realiza el primer piloto del Carnaval
Cannabico Colombiano como plataforma de encuentro a partir del
escalonamiento de las celebraciones por la Marihuana y las plantas prohibidas
en Colombia. Carnaval Cannabico Colombiano imita de buena manera la costumbre
brasilera de escalonar las marchas en fechas del mes de mayo en diferentes
ciudades del país. Es así como ese año se celebra, medianamente articulado, el carnaval
cannábico el 5 de mayo en Medellín, el 11 de Mayo en Cali y el 19 de mayo en
Bogotá. Este evento consolida la apertura de una plataforma real de encuentro
físico y virtual entre la mayoría de colectivos y activistas que desde ese
entonces se empiezan a sumar.
El año 2013 vive de nuevo un Carnaval Cannabico Colombiano. En esta oportunidad y derivado en gran parte del buen uso de las redes sociales, se conjugan 9 ciudades para celebrar eventos durante todo el mes de mayo y se articulan más de 20 colectivos que es menester nombrar en la mediad que registra el aumento de los MSAD en Colombia, el nivel de articulación de la plataforma y la capacidad de respuesta comunitaria. Los colectivos directamente implicados en la celebración del 2012 fueron Comunidad Cannabica Colombiana (Medellín), Las Plantas no son como las Pintan, Ojos Rojos, Proyecto Legalización Colombia, Trinchera Ganja y Cali-Weed de Cali, Colombia Cultiva y Movimiento Procannábico de Santander, Comunidad Cannábica Norte de Santander, Comunidad Cannabica del Tolima, THC consciente de Manizales, Colectivo Cultiva tu Mente de Pereira, ACUQ de Armenia, Movimiento Cannábico de Barranquilla, Colectivo Alcatraces de Cartagena, Smoking Ganja, EMAV, Si a la Dosis Personal, Tricoma, Kannabicamente, Villa 109 de Fontibón, Techotiba-Kafuche, Colombiannabis, UPN Pedagogía de las drogas y Bareta D.C. de Bogotá.
Al interior de
esta breve historia se debe nombrar un hito histórico ocurrido a finales del
2013 cuando la ONU y el Centro de Pensamiento de la Universidad Nacional de
Colombia invitan a la plataforma de encuentro Carnaval Cannabico al foro de la
sociedad civil para presentar propuestas sobre el tema de las drogas a la mesa
de diálogos de la Habana (Cuba). De manera inmediata se facilitó por parte de
la institucionalidad la movilización de 23 activistas de diferentes ciudades
del país a Bogotá. En el centro de convenciones G12 presentamos, de manera
organizada y en casi 17 mesas, una propuesta de 24 puntos sobre drogas que
construimos los colectivos a cuatro manos. A la delegación no se le permitió la
participación en la mesa de apertura del foro, esto suena arbitrario si tenemos
en cuenta que estaban poblaciones afro, LGBTI, iglesia, ONG´s, por lo cual se
extraña aún la ausencia de la los consumidores en esta apertura. Se debe
resaltar que últimamente al interior de algunos colectivos del MSAD surge una
discrepancia con lo pactado en materia de drogas en la mesa de diálogos y
resultan poco incluyentes y estrechas las posturas y alternativas generadas por
las FARC y el gobierno en este punto tan crucial.
En noviembre del
2013 un colectivo de ONG´s nos invita a un encuentro de productores de cultivos
denominados ilícitos. Nuestra presencia fue facilitada por la organización y
contó con un nutrido acompañamiento de varios activistas nacionales. Dicho
encuentro reunió a una buena cantidad de asociaciones, colectivos e individuos
campesinos cultivadores de cultivos ilícitos, Coca, Marihuana y Amapola. El
resultado de este encuentro aún está vigente y se denomina Alianza Rural-Urbana entre consumidores y campesinos, la cual
obedece a la propuesta de circuitos cerrados de producción distribución y
consumo, a partir de buenas prácticas voluntarias y reguladas por la comunidad.
Otro resultado relevante de esta alianza, bajo el presupuesto de
diversificación de los usos de las plantas prohibidas, ha sido el impulsar
proyectos de elaboración de ungüentos medicinales a base de plantas prohibidas,
fabricación de ladrillos y material para construcción y pronto se inicia el
procesamiento de una hectárea de Cannabis para fines textiles.
Hacia finales
del 2013 y principios del 2014 sucede otro hito aún no comprendido al interior
del MSAD en Colombia y asumido con ligereza, facilidad, desconfianza y
anarquía; la Candidaturra Kolina. Por ahora no puedo precisar si en América
Latina un activista ha recibido aval de un partido para elecciones de congreso,
lo que si debo anotar es que en Colombia un partido de izquierda se acerca a la
plataforma nacional e invita a la participación electoral. La decisión de
participar se genera luego de consultas internas en el Movimiento. Con una
campaña de bajo presupuesto y alto impacto se plantean conceptos inacabados
como Libertad Vegetal, Independencia Psicotrópica, y Autonomía Psicodélica. El
impacto e incidencia no es posible precisar aún, sin embargo es claro para el
MSAD que esa experiencia nos adentró en las vísceras del Leviatán, el cual a su
vez nos expulsó lejos en medio de un mar de solución viscosa, corrupta y
clientelista.
Podemos concluir
en medio del Carnaval Cannabico Colombiano 2015, que la historia de los MSAD en
Colombia es reciente y tiene protagonistas aún desconocidos, otros en gestación
y la mayoría inmersos en una transformación constante. Si hace 10 años se
podían rastrear menos de una docena de acciones colectivas enfocadas en
oponerse a las políticas y culturas prohibicionistas delas drogas, a esta
altura de la historia podemos contar cerca de 58 colectivos de este tipo en más
de 21 ciudades a nivel nacional. Colectivos con particularidades regionales y
diferentes maneras de afrontar el fenómeno a nivel local y global.
Otro aspecto de
colectividad radica en la necesidad de leer el estadio de maduración del
Estado, las ONG´s, la Sociedad Civil y el propio MSAD en relación con el tema
de las drogas. No podemos querer caminar sin haber gateado, no sugerimos volar
sin haber aprendido a caer. El pañal apenas se cambió y el agua esta escasa.
Obviamente crecer en un país como Colombia es duro, más si se pertenece a un
MSAD que plantea de manera crítica y reflexiva que las plantas no son como las
pintan, que exige no más encierro a consumidores y usuarios de las plantas
prohibidas, y que no cree en el ejercicio político de burgomaestres,
ministerios, ONG´s y sociedad, los cuales no tienen ninguna autoridad moral,
mucho menos histórica, para entrometerse en las esferas intimas de los consumos
individuales.
Variopintos son
los objetivos de los colectivos que podemos definir como MSAD. Esta variedad no
solo da pie a una tipología de estos movimientos, también advierte que la
respuesta antiprohibicionista puede ser administrada a partir de sublimar la
práctica psicotrópica al mercado cosmético, recreativo y farmacológico de estas
plantas. Si bien podemos por ahora
describir y perfilar la presencia de un activismo de base social, un activismo
de base corporativa (ONGERO), un activismo capitalista que solo le importa
vender, e inclusive, un activismo político contestatario y reformista; no
pasamos de repetir que la prohibición es un fracaso, que debemos actualizar
nuestro modelo político a la sugerencia global de no más guerra contra las
drogas y que esta construcción la hacemos entre todos.
Este último
punto está aún en discusión y pendiente de buen desarrollo. Algunos proponen
que perder es cuestión de método, y es precisamente este método o camino, el
que no hemos abordado de manera adecuada a la hora de construir política
pública sobre drogas y reconocer culturas derivadas y relacionadas con estas
sustancias en Colombia. ¿Cuál puede ser la metodología adecuada para construir
política pública sobre drogas? ¿Por qué la construcción de políticas sobre
drogas se realiza desde elevados análisis de investigadores expertos y no desde
la inmersión a las realidades sociales de los contextos de producción,
distribución y consumo de drogas? ¿Cuáles deben ser los valores culturales que
moldeen las prácticas sociales en las cuales estas inmersas plantas prohibidas
y sustancias derivadas? ¿Por qué insistimos en adoptar políticas foráneas de
reducción del daño y no desarrollamos modelos alternativos de intervención
endémicos, con ayuda de las culturas tradicionales? Y en cuanto a los MSAD
¿Hasta qué punto se tienen discontinuidades y continuidades en los procesos?
¿Cómo se está construyendo movimiento social a nivel local y nacional? ¿Cuál es
el momento de gestación actual o estadio de desarrollo de los MSAD? ¿Está
consolidado un MSAD en Colombia, Latinoamérica y el mundo?
LUKAS PASOS
ABADIA
SOCIÓLOGO
ACTIVISTA
LAS PLANTAS NO
SON COMO LAS PINTAN
CARNAVAL
CANNABICO COLOMBIANO
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